Tras expresar las más sentidas condolencias y desear conformidad divina a los deudos de las decenas de víctimas por efecto de las últimas lluvias, tenemos que abogar por el cese de las múltiples argumentaciones de corte político que se han esgrimido para justificaciones y descargos, de ambos lados, la tónica debe ser seguir avanzando y no detenernos a buscar culpables políticos de esos lamentables hechos.

Consideramos más provechoso aunar esfuerzos y voluntades para identificar las fallas, aprender de los errores y aplicar los correctivos definitivos, orientados a defendernos del cambio climático, que es una realidad impuesta por la contaminación ambiental y la depredación de los recursos naturales del planeta, incluyendo los nuestros.

Somos una nación colocada en el mismo trayecto de los fenómenos atmosféricos, pero en la práctica hemos vivido de espaldas a esa realidad, es momento de reflexionar sobre eso y acelerar el paso en prevención, adecuación de obras, drenajes pluviales y sanitarios, canalización de ríos, construcción de presas, reforestación, mantenimiento de obras, entre otras tareas.

La falta de mantenimiento a las obras construidas y de prevención al colapso, son constantes histórica en nuestro país, urge la creación de departamentos de mantenimiento con presupuestos, en las instituciones que construyen escuelas, hospitales, carreteras, puentes, acueductos, entre otras, hay que llevar un registro de la vida útil de esas obras y darles seguimiento a su construcción, con rigurosidad en la selección de las compañías supervisoras, todo eso debe ser parte del día a día en esas instituciones.

RDresiliente

Héctor Rodríguez Pimentel