Sometido a debate público el toque de queda en la República Dominicana
Santo Domingo, R.D. – La permanencia del toque de queda en República Dominicana, implementado para enfrentar a la Covid-19, se encuentra hoy en el centro de los debates debido a los festejos de fin de año.
La sugerencia reciente del ministro de Salud, Plutarco Arias, de sustituir la cena navideña por un almuerzo y la posterior propuesta del expresidente Leonel Fernández de eliminar el toque de queda, manteniendo el cierre de bares, restaurantes y plazas de grandes aglomeraciones, encendió las alarmas de uno y otro lado.
En este país el tema de la medida de restricción da mucho de que hablar porque, a pesar de su importancia demostrada, hacerla cumplir es un gran dolor de cabeza para las autoridades, las cuales se desgastan en su control y los resultados no son los esperados.
Según el periódico Listín Diario la mayoría de los ciudadanos consultados entiende que la disposición gubernamental debe ser eliminada, al no ser respetada por muchos ciudadanos y porque «cada persona es grande y sabe lo que le conviene».
Otras personas, la minoría, entiende que el peligro de contagio aún es muy fuerte y las medidas deben mantenerse, tal como la ha estado aplicando el Gobierno.
Lo cierto es que aunque el ejecutivo insiste en señalar que la pandemia está bajo control, las cifras no acompañan esos pronunciamientos totalmente, porque este martes hubo 499 casos nuevos y ayer 479, por lo tanto no es descartable un rebrote en el país de no mantener el combate a la pandemia.
La sugerencia de no trabajar los días 24 y 31 de diciembre no parece descabellado, pero será difícil hacer cambiar la tradición de años y, sobre todo, evitar que la gente colme las calles y se mueva en esos días.
En las condiciones en las cuales está la enfermedad en Dominicana y la cuasi normalidad existente, cualquier cosa que se haga para evitar su propagación será bienvenida, siempre que sea cumplida.
Sin dudas, no solo el toque de queda soluciona el problema, pero es algo más que les recuerda a los habitantes de esta media isla la existencia del virus y su letalidad.